domingo, 23 de octubre de 2016

La ciencia y los gremios

¿Cómo escribir buenos artículos científicos?

Claro, los científicos profesionales, así como otros gremios, por ejemplo, los trabajadores del sector magisterial, se organizan como pueden de acuerdo a sus propios intereses. Dados los parámetros del sistema socioeconómico subyacente a este tipo de gremios, un ejercicio profesional autónomo tiene muy limitadas posibilidades de mantener continuidad. Por ejemplo, un gobierno estatal lego e inundado de analfabetismo científico-filosófico no tendría manera de asignar recursos a estos gremios si no contara con los así llamados “sistemas de certificaciones” que los propios gremios administran.

El ciudadano de a pie, parte del público en general cuyos intereses científicos serían insignificantes para un gobierno estatal —y que escucharía las problemáticas mencionadas en este video publicado por una página en Facebook—, interesado en el pensamiento científico, debe tener en claro que los gremios mencionados no están ahí como substituto del esfuerzo personal para auto-cultivarse científica y filosóficamente. Las prioridades de estas organizaciones están en sus propios intereses gremiales y, por definición, la educación científica personal debe dejarse, precisamente, en manos de cada individuo.

En otras palabras, en cuanto a conocer el mundo natural que habita, para desarrollar creencias ciertas justificadas al respecto, el individuo está por su propia cuenta y riesgo y no podrá evitar el esfuerzo individual implicado en una auto-educación científica y filosófica. Preguntas como «¿qué es la ciencia?», «¿qué es el principio de autoridad?», etc., son inevitables para un ciudadano que se prepara para evaluar lo dicho en cualquier publicación gremial y para interpretar por sí mismo la realidad subyacente de un asunto determinado que sea de importancia personal.

Un individuo auto-cultivado e interesado en la ciencia necesita desarrollar sus propias facultades para así poder evaluar, por ejemplo, publicaciones como la siguiente y las aludidas ahí: A deep flaw has been discovered in thousands of neuroscience studies. So why aren’t neuroscientists freaking out?