domingo, 22 de junio de 2014

Educación y neo-Ilustración

¿Qué perspectivas de realidad conlleva ese modelo educativo así llamado ‘por competencias’?

No pocos críticos de ese modelo por ‘competencias’ denuncian que en los hechos se trata de perpetuar a Latinoamérica como una fuente de mano de obra barata, dócil y sumisa para abastecer las demandas del geo-bloque noroccidental. ¿En qué medida esto es así?

Yo necesito seguir investigando al respecto pues el tema me interesa mucho. Las perspectivas para la mayoría de la población en Latinoamérica no parecen ser de igualdad de oportunidades educativas. En la medida en que sigamos los esquemas de los neocolonialismos no veo cómo dejar de ser sólo consumidores de ideas y no productores de desarrollos teóricos y prácticos. La tarea es colosal, pero un primer paso propuesto es la retrodidáctica y el autocultivo como ingredientes para una posible neo-Ilustración.

Con ‘posible neo-Ilustración’ me refiero a una en la escala individual, como una estrategia general de autoeducación, no como una acción grupal. Reflexioné sobre algunas distinciones al respecto en la siguiente referencia: Acción grupal e individual.

Por supuesto que hay aspectos de la Ilustración que han derivado en interpretaciones exageradas, pero esas interpretaciones no agotan la totalidad de la Ilustración.

Si distinguimos, por un lado, la ‘definición’ de un hecho histórico, como el de la Ilustración, y, por otro lado, una ‘instancia’ del mismo hecho histórico, entonces podemos pensar que la Ilustración ha ocurrido en algunos casos específicos en la Historia, pero no en todos, ni en todo lugar ni en todo individuo. No es difícil observar que aún hoy hay mucha gente que vive con una mentalidad medieval —aun si fuesen consumidores asiduos de ‘smartphones’— y, asimismo, se puede comprobar que el pensamiento ilustrado no ha ocurrido aún en esos casos. Para mí la Ilustración es un proyecto inacabado en la medida en que, por ejemplo, existan hegemonías que presupongan el papel de esclavo para los países afuera del bloque noroccidental.

Hay aspectos de la Ilustración, como instancia, que vale la pena conocer para no repetir, y hay aspectos de la Ilustración, como definición, que vale la pena rescatar para no permanecer en las mismas situaciones históricas. Por lo que seguro hay una parte de razón al decir que pensar en la Ilustración puede ser un retroceso, ¿en qué casos se puede decir que pensar en la Ilustración representa un retroceso? Sugiero, por ejemplo, el siguiente: que la verdad pueda ser algo que se posee de manera absoluta.

Asumo que no podría existir un pensamiento individual, digamos, “puro”, pues el resultado de lo que somos proviene tanto de la genética como de la epigenética —con ‘epigenética’ me refiero al cultivo particular de nuestra crianza—. Con ‘neo-Ilustración’ me refiero a que hoy es necesario repensar los criterios para decir que logramos una mayoría de edad intelectual. No por pertenecer a tal o cual sociedad, o no por vivir en tal o cual lugar, o no por consumir tal o cual producto de moda, ya se adquiere en automático un pensamiento ilustrado, sino que para pensar de manera ilustrada se requiere más acción individual estratégica y menos acción grupal táctica. Un ejemplo de acción individual estratégica es tomarse el tiempo para indagar el esquema teórico del cultivo o crianza de la que fuimos sujetos pasivos en el pasado, y repensar tal esquema ante la luz de la multiplicidad cultural actual para después continuar hacia un autocultivo donde la otredad tenga un lugar más preponderante.

Más sobre la idea de ‘neo-Ilustración’ en la siguiente referencia: Neo-ilustración y retrodidáctica.

sábado, 14 de junio de 2014

¿Qué hace falta en la escuela?

¿Qué hace falta que les enseñen a los jóvenes en la escuela?

Hace falta que les enseñen sobre los riesgos de asistir a una escuela de manera prolongada y sin haber desarrollado por cuenta propia su facultad crítica. En otras palabras, hace falta que les enseñen que asistir a una escuela puede ir en contra de su educación entendida como el desarrollo continuo de todas sus facultades. En particular por el efecto de la compartimentación del conocimiento, por el cual se busca la especialización en pocos fragmentos del conocimiento pero que produce un trágico analfabetismo funcional en muchas otras áreas no menos importantes.

En no pocos sistemas educativos hoy impera la noción de “preparar a los jóvenes para que se integren lo antes posible a los sistemas hegemónicos de la economía capitalista”. Un efecto de tal noción es la elevación del cortoplacismo a grado de un imperativo incuestionable. Ese efecto se puede notar en el analfabetismo científico-filosófico que padecen no pocas personas producto de sistemas pedagógicos basados en esa noción. Se lograrían las así llamadas “competencias” o habilidades para acatar órdenes y obedecer de manera dócil y pasiva, pero con poca o nula destreza para analizar, cuestionar y entender de manera amplia la lógica detrás de su propio esquema educativo; y casi sin posibilidad de repensar su propia educación.

Recién repasaba algunos puntos de Abbagnano y Visalberghi en la introducción a su Historia de la pedagogía, y ellos distinguen dos objetivos generales de una filosofía de la educación, i.e., pedagogía: primero, preservar la cultura establecida. En tanto que lo preservado sirva para sobrevivir en sociedad, y continuar una forma específica de cultura, entonces se podrían entender algunos aspectos positivos de ese objetivo. Además, Abbagnano y Visalberghi distinguen entre una sociedad primigenia y una sociedad civilizada, y la distinción pedagógica entre ambas radica en si contemplan o no el segundo objetivo de una pedagogía: renovar la cultura y estar abierto a lo nuevo y a lo inesperado. Por lo que la resistencia absoluta o exagerada hacia renovar o repensar lo establecido es un rasgo de una sociedad primigenia o primitiva.

Además, con base en lo que dicen Abbagnano y Visalberghi, la pedagogía de una sociedad civilizada debe ayudar al individuo a reflexionar sobre los umbrales donde la obediencia a “las autoridades” ya no se justifica. En parte, de eso reflexioné un poco en la siguiente referencia: La granja de la cultura.

El gremio de maestros y las instituciones educativas tienen mucho trabajo por hacer en cuanto a la enseñanza. Pero hay otra cantidad similar, o aun mayor, de trabajo por hacer en cuanto al aprendizaje que corresponde al exclusivo arbitrio del individuo: auto-educarse. Es lo que vengo diciendo, por ejemplo, en la siguiente referencia: Educarse.