sábado, 21 de mayo de 2016

Educación y Estado

¿Debe quedar la educación en manos del poder político aun a riesgo de que sea usada para el dominio de la sociedad?

La pregunta presupone que la educación estaría en manos del poder político, pero lo que está en esas manos no es educación, sino escolarización. Cualquier escolarización –Estatal o no– puede ser usada para el dominio del individuo –que es la unidad básica de una sociedad.

Vamos, que la educación es algo mucho más amplio que sólo escolarización. Como dijo Hans-Georg Gadamer, educación es educarse; es decir, la educación está principalmente en las manos del individuo. Educación es auto-reeducación.

En el arte de cultivar humanos hay variedad de estrategias y sus resultados son igualmente variados. Encausar, i.e., educar, a los jóvenes en un rumbo determinado de pensamiento y práctica parece inevitable pues sería un abuso exigir a un infante mental que piense por sí mismo sin antes darle algún tipo de orientación. El Estado podría encargarse de dar esa orientación inicial al individuo, o podrían ser otros actores en su entorno. Pero esa orientación o adoctrinamiento inicial no es la educación más relevante para el individuo, sino la que está en las manos propias del individuo. En otras palabras, ese encausamiento inicial no es la educación que realmente cuenta para una vida adulta reflexionada, y no importa mucho si ese adoctrinamiento inicial estuvo a cargo del Estado o de otros actores en la sociedad; por otro lado, la educación que sí resulta relevante es la educación que el propio individuo se da a sí mismo.

Hace tiempo escribí una nota con más al respecto: La granja de la cultura.

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